El movimiento de los ‘Tigres para la Liberación de la Patria Tamil' (LTTE) “fue completamente derrotado” y no hay ninguna posibilidad "que se vuelva a formar dentro del país".Lo afirmó el secretario de Defensa Gothabaya Rajapaksa, según el que “más de 5.000 rebeldes se entregaron a las fuerzas del orden durante los combates”. Mientras tanto en el norte del país las condiciones de los más de 280.000 desplazados en los campamentos donde los trabajadores humanitarios todavía no tienen acceso siguen preocupando. Ayer, luego de la visita de dos días del Secretario General de la ONU Ban Ki-moon, quien definió como “desoladoras” las condiciones de vida de los desplazados, el presidente Mahinda Rajapaksa aclaró que el ingreso en los campamentos no será garantizado “hasta cuando las condiciones de seguridad no lo permitan” y que la zona “será bonificada” de la presencia de infiltraciones de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE). El firme rechazo del presidente –según observaron varios diarios asiáticos- contrastaba con los calmados pedidos formulados por Ban Ki-moon, quien se dijo “conmocionado” luego de la visita en el campamento de Manik Farm, que tiene más de 200.000 personas. A los pedidos de intervención de parte de la comunidad internacional el gobierno de Colombo contestó además que “Sri Lanka necesita socios, no observadores” y que “luego de una guerra que duró 26 años se necesitan ayudas para reconstruir al país, y no alguien que viaje para seguir la situación". Además ayer, una semana del fin de los combates, los representantes de los LTTE confirmaron la muerte de su jefe histórico, Velupillai Prabhakaran. “Nuestro inolvidable comandante alcanzó el martirio” anunció un comunicado de la organización que lanza una semana de luto empezando con hoy.
