Probablemente la devoción más importante y conocida dentro de la Iglesia católica es la devoción a María a través del Santísimo Rosario.
El valor de María como madre del redentor es grandísimo. Tanto es así, que hoy se analiza nombrarla como “corredentora”, es decir, como cooperadora en la obra de la salvación.
Para los católicos, María representa la imagen de la Iglesia, la imagen de la Madre, de la servidora más fiel, es decir, el modelo a imitar para ser verdaderos discípulos de Cristo.
Pero María guarda muchas más riquezas de las que podríamos nombrar. Ella nos vincula con Dios mismo, es madre nuestra y madre de Dios hijo, nos acerca al Hijo quien es camino, verdad y vida y no cesa de apuntarnos en esa dirección.
Lorena Moscoso - publicado el 08/05/21