12 de mayo de 2009

¿Qué pasa con ‘Slumdog Millionaire’?

Por
El título del oscarizado film ya levantó polémica cuando en la India recordaron que en las chabolas viven personas, no perros. ¿Muestra la película una realidad o la banaliza?, ¿qué consecuencias puede tener?


La historia de Rubina, una de las protagonistas de la película ‘Slumdog millionaire’, ha llamado la atención de medios de comunicación que, en su mayoría, han puesto el grito en el cielo porque, por lo que puede parecer, su padre negoció la venta de la niña a un jeque árabe, cuya mujer no podía tener hijos, según leímos en El País.

Algunos medios de comunicación hablan de “bajeza moral” desde perspectivas de una clara superioridad moral, pero en pocos hemos oído o leído a personas que cuestionaran a la otra parte. ¿Es ético que un periodista tienda una trampa, se haga pasar por un jeque árabe y negocie en inglés con el padre de la niña una posible adopción y que con esos datos construya una noticia en la que el padre pasa a ser la figura grotesca que pone en venta a la niña?No es lo mismo que el padre haya puesto en venta a su hija a que el padre se haya dignado hablar con alguien que se ofreció a adoptar a su hija.
En pocos medios hemos visto cómo la niña dice que ella está estupendamente con su padre, y como éste niega que tuviera la más mínima intención de venderla, y que él se limitó a hablar con una gente a la que no entendía muy bien, que le hablaron de adoptar a la niña, pero que no los entendió del todo.Todos coincidimos en que nos horroriza que se vendan niños, pero algunos blóggers y activistas recuerdan que eso no es excusa para utilizar malas o parciales interpretaciones buscando únicamente un motivo para que la sociedad occidental se escandalice y se coloque en el escalón más alto de la superioridad moral.Siempre el mismo enfoqueMontse Santolino, experta en comunicación para el desarrollo, se plantea en el blog de la Red CiComunica la fascinación morbosa con el sufrimiento ajeno en el cine y muestra su opinión respecto al tratamiento de la noticia de la posible venta de la protagonista: “La peligrosa tendencia a la cosificación de los niños pobres y oscuros, su uso y abuso por parte de las máquinas informativas, culturales y solidarias globales, retroalimentándose mutuamente, está llegando al paroxismo. Un cóctel explosivo de neocolonialismo, paternalismo y sensacionalismo. Desde que fueron escogidos para protagonizar Slumdog, Azharuddin Ismail y Rubina Ali son pasto del periodismo más asqueroso. Desde el cruel y disparatado paseíto por la alfombra roja hasta hoy, se han convertido en un gran negocio mediático.

La compra-adopción de niños pobres otra vez como noticia, pero siempre con el mismo enfoque: sólo se juzga al que vende, y nunca al que compra. Primero se cuestiona la capacidad de las sociedades y familias pobres para cuidar de sus hijos, y luego las sociedades y familias ricas, los salvan. Un sobreentendido ético-cultural muy peligroso en el que se sustentan implícitamente desde los apadrinamientos, a las adopciones internacionales”.
Hay bloggers que denuncian también la superficialidad de la película y las consecuencias que esto puede tener: “Slumdog es una postalita de ONG que quizás sirva para aumentar el apadrinamiento de niños indios, pero para nada ayudará a plantearse los verdaderos motivos por los cuales se ha llegado a la patética necesidad de tener que apadrinar niños indios”. Y otros que critican que la película muestra una “pobreza políticamente correcta”.
¿Y las ONG?

Pero, ¿y las ONG? ¿Piensan que la película desvirtúa el mensaje de sus proyectos o se aprovechan del éxito del film para obtener más publicidad? Es verdad que ya se habla del “Efecto Slumdog” y que, tal y como explica la ONG ActionAid, en Gran Bretaña se han disparado los apadrinamientos de niños y niñas de la India. Hay entidades que reivindican los efectos positivos que puede tener la película. Marie Staunton, directora ejecutiva de la ONG Plan en el Reino Unido, subraya que "Slumdog Millionaire" ha mostrado "a la audiencia de todo el mundo una instantánea de cómo es la vida para una de cada seis personas en el planeta".
Uno de los protagonistas de la oscarizada película "Slumdog Millionaire" ha sufragado con el sueldo obtenido en el film el registro de 111.279 menores y los certificados de nacimiento de 57.402 bebés en la India, a través de esta ONG internacional. La organización ha explicado que trabajará conjuntamente con líderes comunitarios de Mumbai para identificar los lugares en los que la ayuda a los menores es más necesaria y urgente. En el Estado español uno de los primeros de aprovechar el tirón del film ha sido Intervida, que ha hecho un spot animando a apadrinar niños.
Pero si criticamos la película, ¿qué pasa cuando desde las ONG se aprovecha ese filón mediático y el mismo gancho? Según el código de conducta de la CONGDE , las ONG no pueden convertirse en un “elemento más del espectáculo mediático de la solidaridad indolora” y deben evitar los mensajes que no respeten la dignidad, destacando siempre valores básicos como la justicia, la solidaridad, la responsabilidad y la equidad de género. “La comunicación y la publicidad deben evitar tanto en los mensajes como en las imágenes, toda clase de discriminación, así como imágenes catastrofistas, idílicas, generalizadoras o discriminatorias, que expresen una superioridad del Norte o que presenten a la gente del Sur como objetos de nuestra pena y no como socios en el trabajo conjunto de desarrollo”. Las películas son una cosa y la comunicación de las ONG otra muy diferente.

25 años de asociado

25 años de asociado

Último compromiso Pozuelo julio 2019

Último compromiso Pozuelo julio 2019

Imagen en la Isla

Imagen en la Isla

MONASTERIO de OTEIZA

MONASTERIO de OTEIZA
Horarios de Eucaristías: días laborables a las 7,50 h. y Domingos y festivos a las 10,30 horas

Archivo de entradas