29 de octubre de 2017

El Retiro Intervocacional viaja a Madrid

Por


SALMO 138

1Señor, tú me sondeas y me conoces;
2me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
3distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.
4No ha llegado la palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la sabes toda.
5Me estrechas detrás y delante,
me cubres con tu palma.
6Tanto saber me sobrepasa,
es sublime, y no lo abarco.
7¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
8Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro;
9si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
10allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha.
11Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga noche en torno a mí»,
12ni la tiniebla es oscura para ti,
la noche es clara como el día.
13Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
14Te doy gracias,
porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras;
conocías hasta el fondo de mi alma,
15no desconocías mis huesos.
Cuando, en lo oculto, me iba formando,
y entretejiendo en lo profundo de la tierra,
16tus ojos veían mis acciones,
se escribían todas en tu libro;
calculados estaban mis días
antes que llegase el primero.
17¡Qué incomparables encuentro tus designios,
Dios mío, qué inmenso es su conjunto!
18Si me pongo a contarlos, son más que arena;
si los doy por terminados, aún me quedas tú.
23Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
24mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.


27 de octubre de 2017

POBREZA CERO II

Por
DESPILFARRO DE ALIMENTOS = HAMBRE. En multitud de ocasiones, la gente nos pregunta qué puede hacer para apoyar nuestro trabajo a favor de la justicia y de un mundo sin hambre. Podemos responder muchas cosas, entre otras, ser más responsables a la hora de consumir. Porque el consumo identifica a esta sociedad en la que vivimos y nos define como personas. El mundo, la economía, la política, las relaciones sociales giran en torno al consumo; la propia realización personal tiene como referente nuestra capacidad para consumir. Este paradigma lleva parejo un alto grado de despilfarro. Para seguir consumiendo, hay que DESECHAR, TIRAR, DESPILFARRAR; no tenemos espacio suficiente para todo al mismo tiempo. Esta característica de la época en la que nos ha tocado vivir tiene consecuencias nefastas para el medio ambiente, la sociedad y las propias personas, y se vuelve absolutamente dramática cuando lo que despilfarramos es la comida. Dicen los organismos oficiales (FAO, Banco Mundial, Ministerio de Agricultura de España), que al año en el mundo se tiran unos 1300 millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo. Supone un tercio de la producción mundial. Esos mismos organismos aseguran que con la comida desperdiciada, podrían alimentarse entre 2000 y 3000 millones de personas. Más que suficiente para más del triple de hambrientos en el mundo, 815 millones de personas según datos de 2016. Además, el valor estimado de los alimentos despilfarrados asciende a un billón de dólares; para acabar con la pobreza se calcula que haría falta un billón y medio. Estas cifras nos tienen que hacer pensar, al menos pensar. Todos sabemos que vivimos en un mundo injusto donde la desigualdad impera dentro y entre los países, y donde unos pocos disfrutamos de todo y más, mientras multitudes no pueden alimentarse dignamente. Comer no es un lujo, es un derecho, pero como otros derechos fundamentales, se vulnera sistemáticamente para más de una décima parte de la población mundial. Es en los lugares donde hay disponibilidad de comida, donde más se despilfarra, aunque las pérdidas y desperdicio de alimentos ocurren a lo largo de toda la cadena alimenticia. Los países productores que coinciden con los que tienen una mayor proporción de personas hambrientas, tienen las mayores pérdidas de alimentos por problemas relacionados con las condiciones climatológicas, el almacenamiento o la transformación inadecuados. La colaboración se puede concretar, en este caso, en un apoyo a aquellas organizaciones que trabajamos mano a mano con las comunidades y sus asociaciones representantes. Ellos luchan por una producción sostenible social, económica y medioambientalmente, y por unas posibilidades de transformación y/o almacenaje que les permitan conservar alimentos para épocas de sequía o de inundaciones y poder destinar excedentes al comercio local. Los agricultores familiares guardan sus saberes y semillas tradicionales, quieren proteger sus territorios y los recursos necesarios para producir, y evitar así el desperdicio de medios (agua, tierra, abonos orgánicos) y de alimentos cosechados. Necesitan nuestro apoyo tanto para poder seguir preservando su agricultura como para implementar aquellas técnicas de mejora que les permitan seguir cuidando de sus familias y de los ecosistemas en los que viven. Los países donde más desperdicio de alimentos se produce son los más industrializados, y ahí, los más despilfarradores somos los consumidores, tanto en los hogares como en restaurantes, comedores escolares o instituciones hospitalarias. Es, precisamente en este caso, donde nuestro compromiso, personal y como sociedad, es urgente e imprescindible. Los estudios encargados por la FAO indican que cada año se pierden y desperdician alrededor de un 30 % de cereales; un 40–50 % de tubérculos, frutas y hortalizas; un 20 % de semillas oleaginosas, carne y productos lácteos; y un 35 % de pescado. Es verdad que la barra de pan, que yo no tiro a la basura, no va a ir a la mesa de los empobrecidos. Pero una demanda incrementada a base de despilfarrar pan en nuestras mesas, subirá el precio de los cereales en el comercio global y la mesa de los hambrientos no podrá satisfacer sus necesidades nutricionales. Y como “no solo de pan vive el hombre”, lo dicho puede aplicarse a otros alimentos. El consumo excesivo e innecesario de carne provoca el desvío de tierras y de cereal para alimentar al ganado, aumentando su precio en el mercado y restando recursos para la producción de alimentos para las personas. La sobreexplotación pesquera que no respeta los ecosistemas marinos y acaba devuelta al mar por criterios puramente mercantiles o usada como pienso de mascotas, impide a las comunidades litorales en los países en desarrollo vivir de sus recursos marinos. Las frutas y verduras que los agricultores pobres producen, pero no comen, recorren miles de kilómetros hasta llegar a nuestra mesa a causa de nuestro afán por consumir productos fuera de temporada o son desperdiciados por cuestiones puramente estéticas. El sistema alimentario de producción y consumo debe reestructurarse, hacerse más justo, equitativo y sostenible si queremos que no haya personas que pasen hambre en el mundo. Comprar lo que necesitamos y comer lo que compramos es vital en la lucha contra el hambre. Tirar alimentos buenos para comer es un escándalo insoportable. Al producir alimentos que acaban en la basura, la contaminación derivada de los propios residuos y del uso de agroquímicos (18% de los gases de efecto invernadero), la sobreexplotación de los recursos (un cuarto del agua dulce del planeta), la vulneración de los derechos de los agricultores pobres al acaparar sus tierras para producir intensiva y extensivamente (1400 millones de hectáreas), resultan inútiles y constituyen en sí mismas obstáculos insalvables en la lucha contra el hambre. Asumir nuestra responsabilidad como consumidores es la clave y supone un punto de inflexión definitivo que permita a las comunidades rurales y a los agricultores, en cualquier lugar, practicar una agricultura que pueda alimentar al mundo cuidando de la “casa común”. María José Hernando. Técnica de Estudios. Manos Unidas

25 de octubre de 2017

POBREZA CERO

Por
¿QUÉ ES OBSCENO EN LA POSTMODERNIDAD? Estamos en pleno siglo XXI, en la época de la posmodernidad, donde ya no sabemos qué es moderno y que es anticuado o quizás nada lo sea ya. Vivimos bajo miles de movimientos y modas que crean furor, respeto y por desgracia en ocasiones, rechazo. Ya no somos “del montón”, porque es una tontería serlo, cuando nos sentimos parte de algo. Somos o estamos rodeados de hipster, veganos, animalistas, minimalistas, cultura vintage y muchos movimientos más, que tienen sus barrios, sus modas, su arte, su ciencia e incluso su jerga. A muchos nos encanta vivir rodeados de esta mezcla de visiones, culturas y movimientos. Nos sentimos reconfortados y nutridos de todos ellos, pero a veces un sentimiento desolador te abarca cuando piensas que nos olvidamos de lo que realmente importa y que como dice un cantante de este siglo o casi del pasado, “las cosas importantes aquí, son las que están detrás de la piel”. Nos olvidamos de que muchos somos afortunados de nacimiento, por nacer en un país en vez de otro, en un momento y sitio determinado y que somos afortunados, porque pese a todo somos libres y podemos decidir sobre nuestras vidas. Muchas veces, nos olvidamos de la suerte de poder andar, hablar, comer y comunicarnos por nosotros mismos o con ayuda. Y nos olvidamos porque son funciones “básicas” pero que no todo el mundo tiene. Al igual, las tareas del hogar los domingos, nos parecen tremendamente aburridas hasta que te das cuenta que miles de personas no las hacen, porque no tienen hogar. Por eso el día, 15 de octubre un grupo de personas de “pobreza cero” vienen a redefinirnos que significa una palabra, que realmente ya conocíamos: obscenidad. La obscenidad es algo impúdico, torpe y ofensivo al honor. Y deberíamos reincorporarla a esas jergas de las que antes hablábamos. Relacionar lo obsceno con aquello que limita el futuro de las personas que no tuvieron nuestra suerte, porque eso sí es obsceno, impúdico y ofensivo al honor. Al igual que lo es que la acumulación de riqueza de algunos se traduzca en más pobreza para otros, que haya niños sin desayunar en las aulas y que en muchos países ni siquiera haya aulas. Que haya 2,5 millones de personas en España que son pobres y tienen trabajo. Es muy ofensivo que nosotros, ciudadanos de un mundo globalizado nos olvidemos de las obscenidades que ocurren fuera de nuestras fronteras. Aun así nunca es tarde para sembrar respeto, para movilizarse y para pedir mayor justicia fiscal, mayor cooperación al desarrollo y mayor protección social. Tampoco nunca es tarde para firmar e intentar erradicar aquello que es obsceno, limita y destruye vidas. Como tampoco es tarde, jamás para pensar en lo que realmente importa y darse cuenta nuevamente, que lo importante está detrás de la piel. Lucía Hidalgo Gallego

17 de octubre de 2017

PROXIMOS RETIROS

Por
Los Retiros ya realizados fueron un éxito, recordaros que se acercan lo últimos RETIROS/CONVIVENCIA de este año, preparados por la Comisión de Familia al que estamos invitados todas las vocaciones. Próximas fechas: Madrid 27, 28 y 29 de octubre de 2017 ( Esclavas de Cristo Rey, Arturo Soria núm. 228) Valencia 10, 11 y 12 de noviembre de 2017 (centro de espiritualidad Jesuitas (Alaquás) Cada uno podrá ir al lugar que le sea más cómodo, por distancia o conveniencia, ¡¡APÚNTATE YA!!

8 de octubre de 2017

LOS RETIROS SIGUEN SU MARCHA

Por
P.B.N. presente


DISCENIR es , ante todo, cómo corresponder al Dios de la Vida, cómo actuar para que su presencia se haga explícita y renueve la sociedad. Discernir, es estar dispuesto al conflicto que supone ser fiel a Dios en la construcción del Reino. No es fácil ser discípulo y Tu, Jesús, lo anunciaste muchas veces: "Felices cuando los persigan en mi nombre".

Reflexíón compartida


CAMPOHERMOSO EN MÁLAGA

Por
Quizás nuestras comodidades, seguridades, etc....., nos den demasiado confort para las realidades en las que nos vemos diariamente insertos. Tenemos cada cual en su entorno, muy cerca de nosotros, hermanos que simplemente quieren trabajar, comer y sobrevivir a sus realidades pasadas. Demos dignidad a todo humano que se acerca, alejándose de terribles experiencias de desaliento.

 ¡¡¡¡¡¡¡ COLABOREMOS EN LA CAUSA !!!!!!!

MERCADILLO

 

7 de octubre de 2017

OHARRIZ Y MALAGA

Por
Han comenzado los Retiros/Convivencias Intervocacionales en el norte y sur de España, distintas vocaciones se reunen una vez más para llevar la alegría tanto interior como exterior del Evangelio. Caras antiguas y caras nuevas conforman los grupos de asistencia a estos encuentros.






 ¡¡VIVAMOS LA COMUNIÓN,        CELEBREMOS LA FAMILIA!!









¡¡VIVAMOS LA COMUNIÓN,        CELEBREMOS LA FAMILIA!!
  






           ¡¡VIVAMOS LA COMUNIÓN,        CELEBREMOS LA FAMILIA!!
Tras una estupenda cena, y una preciosa oración preparada por nuestra Comisión de Familia,
cada mochuelo a su olivo.

ADMINISTRADOR


 

25 años de asociado

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Último compromiso Pozuelo julio 2019

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Imagen en la Isla

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MONASTERIO de OTEIZA

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Horarios de Eucaristías: días laborables a las 7,50 h. y Domingos y festivos a las 10,30 horas

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