Misna. “Muy decepcionante: la política dominó el debate, con estos resultados desconcertantes. De hecho es una victoria del gobierno ceilanés, que difícilmente responderá de las acusaciones de violaciones”.Budi Tjahjono, coordinador del ‘International Catholic Movement for Intellectual and Cultural Affairs’ (Movimiento Católico Internacional para Asuntos Intelectuales y Culturales, ICMICA), al participar en el grupo de organizaciones no gubernamentales (ONG) que siguieron la sesión sobre Sri Lanka en el Consejo de Derechos Humanos de Ginebra, expresó de esta manera a la MISNA su decepción ante la débil resolución formulada ayer por los miembros del encuentro, con 29 votos a favor, 12 en contra, y 6 abstenciones. En esta se condenan los rebeldes de los ‘Tigres para la Liberación de la Patria Tamil’ (LTTE) “por los ataques contra los civiles" y "por haber utilizado a la población como escudo humano" mientras que se felicita "al gobierno de Sri Lanka por la liberación de decenas de miles de ciudadanos detenidos por los LTTE en contra de su voluntad como rehenes”. Esta descripción consolida una interpretación especial de los hechos, a pesar de que la ONU durante los combates muchas veces expresó su preocupación por los miles de civiles no solo víctimas de los LTTE sino también de los bombardeos de la artillería y de la aviación ceilanesa. La única en pedir que se empezara una investigación internacional de los crímenes cometidos por ambas partes contra los civiles, fue la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos Navi Pillay en su discurso de apertura de la sesión. "Sri Lanka consiguió presentar los pedidos de la comunidad internacional como la intrusión de países occidentales en cuestiones internas de una nación del Sur del mundo, y así se ganó el apoyo no solo de aliados ya sólidos como China y Pakistán, sino también de otros" informa a la MISNA Tjahjono. A pesar de eso, un segundo proyecto de resolución con una actitud muy diferente hacia Colombo, tenía el apoyo no solo de los países europeos sino también, y con fuerza, de Argentina, Chile, México, y Uruguay. “Lo que preocupa –añade el contacto al indicar que se trata de un ‘antecedente peligroso’ – es que por primera vez un gobierno que de alguna manera es objeto de una sesión redactó por sí mismo un proyecto de resolución, que luego fue aprobado en su sustancia”. El único consuelo es que luego de muchos meses de intentos se logró, aunque “demasiado tarde”, tener una reunión sobre Sri Lanka en un organismo de las Naciones Unidas, algo que no se había podido hacer en el Consejo de Seguridad que en cambio se limitó en tener dos reuniones informales, según recuerda el coordinador de ICMICA, asociación también conocida como ‘Pax Romana’. “En la resolución de ayer por lo menos se mencionan afirmaciones anteriores del gobierno ceilanés que prometió vaciar los campamento de desplazados (donde se encuentran más de 210.000 civiles tamiles) en un plazo de seis meses, y encontrar una ‘solución política’ a las reivindicaciones de la minoría tamil, aún sin especificar los contenidos. Esto se menciona también en un comunicado conjunto entre el presidente Rajapaske y Ban Ki-moon sobre la importancia de aclarar si hubo violaciones de los derechos humanos”. Los defensores de los derechos humanos ahora pueden por lo menos “agarrarse” a estos compromisos, añade el contacto que habla de todas maneras de grandes dificultades. “Desde hace años no hay libertad de expresión en Sri Lanka –dice Tjahjono– muchos periodistas independientes tuvieron que huir, otros fueron asesinados. A aquellos que critican las acciones del gobierno o del ejército se les acusa de simpatizar por los LTTE, con todas las consecuencias que tiene esa acusación. En estas condiciones será difícil intervenir”. Tjahjono precisó a la MINSA que las ONGs internacionales que siguieron el debate se reunirán en las próximas semanas para decidir si llevar una petición ante la Corte Penal Internacional. Mientras tanto, el gobierno ceilanés expresó su honda satisfacción: la resolución “representa un explícito apoyo a los esfuerzos de nuestro presidente para derrotar al terrorismo, y a la gestión eficaz del más grande secuestro de rehenes del mundo” afirmó hoy el ministro de Derechos Humanos de Sri Lanka Mahinda Samarasinghe. Según los cálculos más prudentes de las Naciones Unidas, los civiles muertos fueron por lo menos 7.000, y los heridos en el noreste más del doble, todo durante los combates que empezaron a finales de enero y que terminaron la semana pasada. Sería de entre 80-100.000 el número de muertos en 27 años de guerra: la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja pidieron al gobierno de Colombo reiteradas veces el libre acceso a los campamentos de desplazados, que según varios testimonios se parecen más a campos de concentración.
