
En esta situación de violencia, a la que los religiosos dedican la segunda parte del mensaje, “los jóvenes se encuentran especialmente vulnerables debido al elevado índice de desempleo, escasa información y a la manipulación de parte de personas sin escrúpulos” sigue el documento, firmado, entre otros, también por el arzobispo de Nairobi y presidente de la conferencia episcopal keniana, el cardenal John Njue. El cardenal condena también “los brutales asesinatos atribuidos recientemente a la secta Mungiki” en los que perdieron la vida unas treinta personas. La nota sigue, y dedica la última sección a la sequía y la hambruna que este año afectaron a varias zonas del país, y subraya que “ en un país como Kenia no hay ninguna justificación para el hecho de que alguien tenga hambre o sufra las consecuencias de la sequía. Aún cuando la naturaleza no siga su curso habitual, hay que tomar medidad para alimentar a toda la comunidad”. Se necesita una buena organización que regule el abastecimiento alimentario del país y “el control de los precios básicos", concluye la nota "debería ser una prioridad para nuestros diputados".