En el segundo y último día de tregua declarado por el gobierno, los rebeldes de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE), por medio de un comunicado, volvieron a pedir un cese del fuego permanente para comenzar con las negociaciones políticas y resolver la vieja cuestión de la reivindicación de la minoría Tamil. El domingo, el gobierno declaró dos días de tregua, en ocasión del año nuevo Tamil (Puthandu), y para dar a los civiles la posibilidad de huir sin peligro de recibir disparos de artillería, en la última franja de tierra del distrito de Mullaitivu en manos de los rebeldes. El secretario de paz de los LTTE tildó a la tregua del gobierno como “dos días de vacaciones para los soldados” y una “tomadura de pelo” a la que se llegó solamente por responder de alguna manera a los pedidos internacionales, mientras los civiles están desde hace meses en la zona de guerra con escasa comida y todavía menos medicamentos por lo que los rebeldes definen como un “embargo” por parte de Colombo. Fuentes de gobierno confirmaron que esta suspensión de los combates debe servir a los rebeldes para aceptar su derrota. Las mismas fuentes sostuvieron que el comienzo de las entrevistas se tomará en cuenta sólo cuando los rebeldes entreguen las armas. No obstante la tregua, no se verificó el éxodo de miles de personas que el gobierno esperaba. Según datos militares, ayer sólo 18 personas llegaron al territorio controlado por el ejército. Los LTTE fueron acusados por varias partes reutilizar a los civiles como escudo humano y de impedirles huir, mientras que otros no excluyen que una parte de la población se quede por elección propia. El anuncio de la tregua fue tomado de manera positiva por el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, y por el presidente de la Asamblea General, padre miguel d’Escoto. “Las negociaciones entre las partes en conflicto son la única salida de la guerra –dijo d’Escoto en un comunicado- y para eso es necesario terminar con las acciones militares y el envío urgente de ayuda humanitaria para la población”. D’Escoto agregó que en un contexto en situaciones como ésta “la solución militar no es una solución”. Ayer, Colombo relevó oficialmente a Noruega de su rol de mediador, que desempeñaba desde el 2000, en la época del comienzo de las negociaciones de paz, a pesar de haber tenido escasa posibilidad de intervenir en los últimos tres años. La medida sigue a un incidente ocurrido en Oslo, en el que manifestantes atacaron la embajada de Sri Lanka, a pesar de que no hubo graves consecuencias. Colombo sostiene que las autoridades noruegas no habrían hecho nada para impedir el episodio. Muchos interpretan al rechazo oficial del único mediador internacional como otra prueba de que el gobierno pretende seguir solamente con la opción militar.
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