Misna. Después de pasar dos años en los campos de refugiados en Mannar, regresan a sus pueblos 2.231 desplazados. Lo refirió el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR/UNHCR),el cual supervisó y acompañó a las personas durante el viaje. Los refugiados forman parte del grupo de 3.800 personas que huyeron de la guerra en el sur del distrito de Mannar, en el noroeste del país, o mejor dicho el lado opuesto de la isla adonde concluyó hace poco la última y sangrienta batalla, finalizada con la derrota de los rebeldes de los ‘Tigres para la Liberación de la Patria Tamil’ (LTTE). El ACNUR agregó que tuvo garantías de que se completaron las operaciones de desminado, y agregó haber puesto en marcha programas de asistencia para los evacuados que deberán reinsertarse en la vida normal. “Estamos contentos de regresar a nuestras aldeas y a nuestras casas –dijo un joven Tamil a fuentes de prensa internacionales- aunque estén dañadas. Estuvimos en los campos durante dos años y ha sido una vida muy dura. No nos dejaban salir y ningún pariente podía entrar”. Aún no se conocen los detalles de la organización del regreso de 300.000 civiles Tamil que huyeron en los últimos años de los combates en el distrito de Mullaitivu, en el noreste, y que permanecieron en su mayoría en los campos del distrito de Vavuniya, Jaffna y Trincomalee. El gobierno, frente a las quejas efectuadas por las organizaciones humanitarias, dijo que los refugiados pronto serán enviados a sus pueblos para fin de año. En tanto, se prolongó la ley de emergencia antiterrorismo a pesar de la victoria declarada contra los LTTE. El ministerio de Justicia hizo saber que ya se tomaron medidas para reorganizar tribunales y prisiones en Kilinochchi, la ex ‘capital’ de los rebeldes, y en Mullaitivu, precisando en una nota “la necesidad de reconstruir el sistema judicial en paralelo con los nuevos planes de desarrollo para consolidar la seguridad y hacer regresar a la población”.
