9 de febrero de 2020

DESDE FLORIDA DE LIÉBANA

Por

¿Qué puedo comunicar en este tiempo que llevo en Florida?
Lo primero que esta realidad de pueblo rural no me es extraña, en zona rural nací, me crié y forma parte de mis raíces.


En el poco tiempo que llevo voy conociendo a las personas del pueblo y de los pueblos, allí donde tenemos alguna actividad y donde vamos a visitar familias o personas solas de la comarca. A la mayoría se les lleva la comida del catering de la “Asociación de Desarrollo del campo de Salamanca y la comarca de Ledesma” (ADECASAL), desde donde se atiende a unas 50 personas que han solicitado este servicio.

¿Qué nos encontramos? Sobre todo una gran acogida, agradecen que se les visite y podamos compartir un tiempo en el que cuentan cómo se encuentran, cómo están viviendo sus limitaciones, lo difícil que ha sido su vida por la dureza del trabajo en el campo, y ahora que casi están sin fuerzas y se encuentran solos porque sus hijos tuvieron que emigrar y la gran mayoría lejos de su tierra; vienen a visitarlos cuando les es posible. Sienten añoranza por todo su pasado y podemos compartir con ellos unos buenos ratos. Y al final todos quedamos con el deseo de volvernos a encontrar pronto.
Los pueblos que en un tiempo tuvieron muchos habitantes hoy, en la mayoría de los que visitamos, se han reducido mucho, no solo en el número de personas, sino también en servicios, y esto está siendo ya un problema porque para un simple análisis o cuestiones menores, hay que desplazarse a la capital y las líneas de autobús que cubren los pueblos son muy escasas y con horarios que no coinciden con las necesidades que se tienen.
Existe una gran preocupación por esta realidad de los pueblos vaciados y por el envejecimiento de personas y la escasez de servicios, pero también hay mucha gente que trabaja en colectivos o asociaciones, con una gran sensibilidad para revertir esta situación ya que, de la tierra venimos, de la tierra comemos y a la tierra volveremos.
En esta realidad estoy encontrando acciones que agradezco y celebro:
Las celebraciones eucarísticas dominicales en dos pueblos son un verdadero alimento que nutre y cuestiona. Reuniones en varios pueblos y con personas que colaboran en los diferentes proyectos que se llevan a cabo, son unas buenas reflexiones que me ayudan a conocer y se buscan alternativas a las diferentes realidades.
Compartir las cenas de Noche Buena y Noche Vieja en el barrio de Buenos Aires en Salamanca con el grupo de personas que acoge Emiliano, nuestro párroco, ha sido una realidad que interroga, humaniza y además lo pasamos muy bien. Algunas de estas personas han salido de la cárcel o están en proceso de rehabilitación y viven en los locales de la parroquia, también participaron otras personas que se encuentran solas, sin familia, y se les acoge en la casa parroquial. Una pregunta que se nos hizo antes de comenzar a cenar, en noche vieja, para que la contestásemos todos: ¿Qué sueño o sueños habéis tenido este año que acaba y sí se os han cumplido? ¿Tenéis alguno para el nuevo año que comienza? Cada uno fue comunicando lo que había vivido y lo que desearía continuar. Me impresionaban las cosas que iban comunicando cada uno, desde situaciones conflictivas que están viviendo, con valentía y en un ambiente de confianza y con libertad, no ocultaban su realidad.
Esto y algunas cosas más están siendo realidades que me generan VIDA aunque no falten problemas, pero me digo: ¡adelante! 

Croti Trapero, comunidad de Florida de Liébana

25 años de asociado

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Último compromiso Pozuelo julio 2019

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Imagen en la Isla

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MONASTERIO de OTEIZA

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