16 de febrero de 2020

CONGRESO DE LAICOS

Por
Nuestra hermana laica Pilar Gallardo antes de ir al Congreso la entrevistan, 
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“Es nuestro momento y nosotros somos los elegidos”. Los laicos españoles se lanzan, y reivindican su mayoría de edad en la Iglesia, su papel en la construcción del Evangelio en nuestro país.
“Sabemos que el camino no es sencillo”, pero “salimos con el compromiso compartido de seguir potenciando el papel del laicado en la Iglesia que peregrina en España”, leyeron, en la ponencia final, la periodista Ana Medina, y el obispo auxiliar de Barcelona, Toni Vadell, como 'conclusiones' del Congreso de Laicos que este fin de semana ha congregado en el Palacio de Cristal de Madrid a dos mil hombres y mujeres, representantes de todas las realidades laicales de la Iglesia española. “Un Pentecostés renovado”, como quisieron titular su manifiesto final.
A lo largo de tres días, se han abordado toda clase de problemáticas, retos, deseos y frustraciones de los fieles laicos de nuestro país. La ponencia final presenta las aportaciones de todos los grupos de reflexión, en un “ejercicio de sinodalidad” difícil de encontrar en nuestra Iglesia. Un buen paso adelante.

La misión renueva a la Iglesia

La reflexión parte de una premisa: “La Iglesia es el pueblo de Dios, misionero y santo”, formado por “hombres y mujeres, cristianos que venían del judaísmo y cristianos que venían del paganismo, apóstoles y maestros, profetas y diáconos, pastores y fieles”. “La Iglesia es Iglesia en salida y, por eso, en toda época la misión renueva a la Iglesia”, y necesitamos renovación.

Un lujo contar con Toni Vadell, de @esglesiabcn_es y con la profesional de la comunicacion @_AnaMedina_ para la Clausura de . Comunican perfectamente y ayudan a seguir llenando de alegría y esperanza a los laicos aquí presentes.

Pero ¿quién es el pueblo? “Hombres y mujeres con diversidad de vocaciones, carismas y ministerios”, con “un mismo bautismo, una misma llamada para ser seguidores a Jesús, un mismo mandato para llevar el Evangelio hasta los confines del mundo”. Porque “hay diversidad de ministerios pero una misma misión”.
En ese papel, “los laicos somos una parte fundamental del pueblo de Dios. También los laicos somos discípulos misioneros de Jesús. No somos una cosa o la otra, sino discípulos misioneros, sin separaciones, sin divisiones, sin compartimentos estancos. Somos discípulos misioneros”.

No hay otro lugar para ser cristiano que este mundo

Más aún, “somos una misión” en mitad de “una sociedad secularizada y plurireligiosa” que, nos guste o no, es el que hay. “No hay otro lugar para la misión que este mundo con toda su complejidad”, explica la ponencia.?
El Congreso se ha vivido como “una experiencia de sinodalidad”, que significa “caminar juntos”, con varias características: La escucha, el discernimiento, la corresponsabilidad y la participación.

Conscientes de que lo sinodal es un camino, “en este Congreso estamos sembrando las semillas necesarias para renovarnos y dinamizar el laicado en España; al mismo tiempo, estamos cosechando ya los primeros frutos de los cuales saldrán nuevas semillas de sinodalidad”. Y proponen varias imágenes: la pirámide invertida, la canoa y el poliedro.
Porque “la diversidad nos complementa”, y en una Iglesia sinodal “todos nos ponemos a la escucha del Espíritu y hacemos juntos el camino pero cada uno desde su propia responsabilidad”, sostuvieron Medina y Vadell. Con “mutua colaboración” y, sobre todo, “con humildad”.
Entre los retos de futuro, la ponencia destacó “algunos desafíos antropológicos y culturales a los que estamos llamados a enfrentarnos en nuestro tiempo: el cuerpo, la afectividad y la sexualidad, el papel de la mujer en la Iglesia y en la sociedad; los nuevos paradigmas cognitivos y la búsqueda de la verdad; los efectos antropológicos del mundo digital; la decepción institucional y las nuevas formas de participación; la parálisis en la toma de decisiones por la superabundancia de propuestas; ir más allá de la secularización”.

Somos el y a partir de ahora, cuando volvamos a nuestros lugares de origen, toca implantar lo aquí trabajado. Toda la Iglesia en España sale con ilusión y alegria a la misión.
CLAUSURA @_AnaMedina_ y Toni Vallés

"Salir hasta las periferias"

¿Qué debe hacer la Iglesia para convertirse en “sal y luz” para la sociedad? La ponencia lo deja claro: “salir hasta las periferias”, que “no consiste en esperar a que vengan quienes están en ellas, sino que lleva ponernos en camino y acudir a su encuentro con actitud humilde para acoger y caminar juntos”. Diálogo, encuentro y apertura a quienes buscan, además de la “cercanía a los pobres y a quienes sufren”.
Y no olvidarse de “anunciar el Evangelio” y “estar a gusto con el pueblo”. “No somos de este mundo, pero vivimos en el mundo”, proclamaron.
Todo ello, con un protagonista claro: el laicado y la misión compartida. “Podemos hablar con rigor del protagonismo del laicado. Este protagonismo brota del don de la vocación laical y se hace concreto en la responsabilidad que toda vocación conlleva. Cuando posibilitamos y ejercemos este protagonismo, desarrollamos la sinodalidad”, destaca la ponencia, que habla de la “corresponsabilidad, que es más que de responsabilidad, porque implica una responsabilidad compartida y ejercida complemenariamente. En la Iglesia sinodal nos necesitamos todos. No podemos excluir a nadie y nadie puede excluirse”.
“Nos gustaría ver este mismo protagonismo laical en los cauces de participación eclesial, siempre en clave de misión y no de poder”, destacaron, abundando en la presencia de los laicos en todos los ambientes de la vida. “En la calle, entre los vecinos, en la ciudad y en el campo. No hay realidad humana donde no se vea el protagonismo laical”.
  



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