Como quien tira de una cuerda que se romperá, tirar, tirar, tirar, tirar, tirar... Como sin darse cuenta rozar un poco más, los ojos aún cerrados para no afrontar que el aire es de cristal, que puede estallar, que aunque parezca extraño, te quiero devorar. Que el aire es de crital, que puede estallar, que aunque parezca extraño, te quiero devorar. En una esquina de su boca se dejó estrellar, como la ola que se entrega a la roca, perdida en el abismo de unas manos sin final, tan grandes que abrazaban todo su planeta. Ahora no...