8 de octubre de 2019

SEMBRANDO ESPERANZA

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El colegio de Lagos donde los estudiantes pagan sus tasas con botellas de plástico.

 

Balikis Muritala vive en Lagos (Nigeria) y vende ñanes para vivir, gana menos de 2 dólares al día; para ella es difícil enviar a sus hijos al colegio porque le resulta casi imposible poder pagar las tasas del colegio, 22$ al trimestre. Ni ella ni su marido ganan lo bastante. Su vida no es nada fácil, como para muchos africanos de la nación más poblada del continente.Nigeria, la economía más pujante de África, posee una enorme tasa de niños no escolarizados(10,5 mi-llones) y en marzo de este año el país ha recibido el triste honor de convertirse en la Capital Mundial de la Pobreza,con casi 92 millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza. A pesar de sus enormes reservas naturales y su capital humano, el país sufre de subdesarrollo y posee una elevada tasa de analfabetismo. Su capital comercial, Lagos, tiene además un grave problema de basuras. La familia de Muritala es un más de las muchas que tienen dificultades para enviar a sus hijos al colegio. Para solucionar este problema, la escuela Morit International, en Ajegunle, se ha unido a la ONG ACI, African Cleanup Initiativa (Iniciativa Africana de Limpieza), para que los padres sin recursos puedan pagar las tasas de escolarización con bo-tellas de plástico gracias a un proyecto educativo denominado Recycles Pay(el reciclaje paga). Se trata de una iniciativa creada para aportar soluciones educacionales, medioambientales y climáticas. El objetivo del director de ACI, Alex Akhigbe,para el 2020 es retirar de las calles a 10.000 niños. En cuanto al intercambio de botellas por tasas escolares, la señora Muritala comenta que al principio sentía vergüenza cuando recogía botellas de la carretera y las calles del vecindario: «Pero ahora sé el valor que tienen esas botellas de plástico. Gracias a ellas, la carga familiar que su-ponían las tasas escolares se ha reducido, ya no tenemos ese estrés. Ahora lo poco que saco de vender ñames lo dedico a alimentar a mi familia y a mantener mi casa». Añade que algunos de sus clientes le ayudan con las botellas a cambio de algún ñame más. Una recogida de botellas que indirectamente resuelve problemas medioambientales. La mayoría de los padres reconocen haberse acostumbrado a re-coger las botellas de plástico de su entorno para pagar el colegio: «Re-cogemos las botellas de la carretera y algunas de nuestros vecinos para pagar las tasas. Mi familia ya ha cogido el hábito de guardar las botellas de plástico una vez vacías. Mi marido también ayuda», dice Hajia Mohammed. La señora Muritala añade: «Cuando arrancó el proyecto de plástico por tasas, no me pareció muy atractivo, la verdad, pero luego me animé cuando vi a otros padres respaldarlo». La iniciativa llega en un momento de creciente preocupación por la polución procedente de residuos.Patrick Mbamarah, director de la escuela, cuenta cómo nació la idea y cómo ha conseguido aumentar el porcentaje de niños escolarizados. «Al principio, una de las preocupaciones era recaudar las tasas, pero me di cuenta de que los padres en el fondo no podían pagar, aunque quisieran educar a sus hijos». Añade que gracias a esta iniciativa el colegio ha visto aumentar sus so-licitudes de ingreso. Una Naira (moneda nigeriana) equivale a una botella de plástico, y más botellas significan más ingresos.

Fuente: Pulse

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