31 de marzo de 2020

REFLEXIÓN VII

Por
31 de marzo de 2020

Martes V de Cuaresma
17° de confinamiento

En este anochecer, y llegados ya a este punto nos damos cuenta que los días pasan (lo cual ya es un triunfo) pero que también "pesan"... Van pesando en cada mala noticia que nos llega, en cada ruin sobresalto del teléfono conocido, de la angustia contenida... No terminamos de acomodarnos a los pocos metros cuadrados en que al principio de esto quedamos confinados... El tiempo incluso pareciera haberse detenido y el silencio general raramente queda roto por los pocos que jugándosela vigilan por nuestra salud, bienestar y seguridad... Pero es inevitable no añorar la alegre despreocupación de hace unos días; de cuando tan ajenos andábamos atados a mil y una preocupaciones, otrora importantísimas (hoy ya no tanto); de cuando un abrazo, una cercanía cómplice y gesto de cariño no era tan difícil de dar o recibir... (Ahora nos damos cuenta lo parcos que fuimos en esas muestras de cariño y qué "generosos" fuimos tantas y tantas veces en severidad y soberbia implacable sobre los demás)... Y aunque es cierto que pareciera que todo quedara paralizado en nuestro egocentrismo socializado vemos que los días se siguen sucediendo y que la vida sigue adelante... Y, aún costando acomodarse a la nueva situación de humillación y silencio, vemos que las muestras de cercanía y afecto que ahora tanto ansiamos y que tan limitadas han quedado no agotaban la grandeza del amor del que brota el cariño... El amor ni se cansa ni deja de amar... Y así, como de un período de convalecencia se tratara, sanamos las heridas que de antes traíamos a este "hospital" improvisado en que se convirtieron nuestras casas... Y amamos y deseamos amar más pues vemos la limitación que arrastramos sobre ese Amor de los amores que nos constituye a nosotros mismos como misma prolongación suya...
Hoy vemos a ese Cristo, sumamente humilde entregado por amor y el sumamente veraz, ese Cristo que nos invita a ser más, a no conformarnos ni tampoco autoconvencernos de lo meramente aparentemente que estérilmente se nos cuela en la vida... Que como buen amigo se nos entrega del todo y no nos oculta los misterios del Reino a pesar de nuestra dificultad para comprender... Pero aún a pesar de nuestra incomprensión, muchas veces fuente de sufrimiento y hasta de pecado, Él no nos condena... ¡Hasta se pone en nuestras manos! Ante ésta verdad, la Verdad total de Solo Dios, algunos endurecieron el corazón y otros le creyeron... Con lo cual y ante eso: ¿Cómo nos situamos? ¿Qué actitudes merecen la pena mantener y cuáles no? ¿Soy consciente del Amor de Dios que nos habla de sí y nos constituye a nosotros mismos?
Sigue amando pues, sigue confiando, sigue esperando... ¡No tengas miedo!

Vuestro: un cura asociado.

25 años de asociado

25 años de asociado

Último compromiso Pozuelo julio 2019

Último compromiso Pozuelo julio 2019

Imagen en la Isla

Imagen en la Isla

MONASTERIO de OTEIZA

MONASTERIO de OTEIZA
Horarios de Eucaristías: días laborables a las 7,50 h. y Domingos y festivos a las 10,30 horas

Archivo de entradas