30 de diciembre de 2022
27 de diciembre de 2022
CUATRO NAVIDADES
No es necesario ser experto en sociología religiosa para constatar que hay por lo menos cuatro tipologías o formas de celebrar la Navidad, aunque muchas veces se encuentren muy entrelazadas.
1.Está la Navidad del consumo y de
la ideología del mercado, de las compras de regalos en los grandes centros
comerciales, de Papá Noel, Coca Cola y el Black Friday. Se iluminan las calles
de las ciudades, se celebra el solsticio del invierno en el hemisferio Norte y el
del verano en el hemisferio Sur, se festeja el fin y el comienzo del año. Es
una fiesta cívica, secular, cósmica, que se celebra incluso en países donde los
cristianos son minoría.
2.Está la Navidad tradicional, una
tradición de origen cristiano que forma parte de la cultura del mundo
occidental: el encuentro familiar en Nochebuena con la gastronomía típica de
cada lugar, árbol de Navidad con luces de colores, el pesebre con pastores,
ovejas, montañas de corcho, musgo, río de plata y la estrella de Belén sobre la
cueva. Hay regalos para los niños, que en algunos países los traen los Reyes
Magos. Se cantan villancicos: “Noche de Paz”, “El camino que lleva a Belén”
“Campana sobre campana”. Pero esto no significa que todos los que celebran esta
Navidad sean creyentes, muchos son cristianos culturales, hijos de una cultura y
de una tradición occidental o mediterránea. Navidad puede convertirse en una
fiesta más, como otras fiestas sociales, deportivas o cívicas.
3. Hay quienes viven Navidad de
forma solidaria y humanista, pensando en los demás, sobre todo en los marginados:
niños enfermos, residencias de ancianos, gente de la calle, migrantes, etc. Hacen
aportes a Caritas, recogen alimentos para gente sin hogar, regalos a niños del
hospital, etc. Algunas de estas personas de buen corazón que desean que Navidad
sea un tiempo de hogar y calor humano para todos, son personas cristianas;
otras no lo son, mayormente jóvenes, muy sensibles a la justicia, que luchan
por un mundo mejor y una sociedad alternativa más humana y con respeto a la
tierra, pero que se encuentran alejados de la Iglesia.
4. Las personas cristianas creyentes
celebran, como las demás, todas las tradiciones navideñas, fomentan el calor
familiar y son personas solidarias con la gente marginada, también luchan por
un mundo mejor y alternativo. Pero además poseen un fundamento último que les
da un sentido nuevo y gozoso de la Navidad: han tenido la experiencia de que en
el Niño de Belén se encierra un Misterio oculto, han escuchado como los
pastores que ha nacido el Salvador, se han sentido atraídos por la bondad y
misericordia de Dios que se revela en Navidad, se han encontrado con Jesús.
Como el ciego de nacimiento se han
arrodillado y afirmado: “Creo, Señor”; como Tomás han repetido “Señor mío y
Dios mío”; han dicho como Marta de Betania, “Tú eres el Mesías, el Hijo de
Dios, el que tenía que venir al mundo”; han experimentado que Jesús es nuestro
Hermano, que todos somos hijos e hijas del mismo Dios Padre/Madre y hemos recibido
el Espíritu Santo que es vida, luz, fuego, perdón y alegría. Sin embargo, también
repiten lo que el padre del joven epiléptico le dijo a Jesús. “Creo, pero
ayúdame a tener más fe”.
Personas cristianas creyentes asisten
a la misa de Navidad, reviven con toda la comunidad eclesial el Misterio del
nacimiento de Jesús, comulgan y adoran al Niño, cantan villancicos con los
demás y se llenan de una alegría que no es consumo, ni mera tradición
occidental, ni ética humanista, sino una vida plena y un horizonte con esperanza
de futuro.
La fe cristiana humaniza nuestro
mundo, comunica la buena noticia de que Dios ha venido al mundo para quedarse
con nosotros. Por esto, ni las crisis, ni la cruel guerra actual, pueden
extinguir la luz de la Navidad que llega a todo el mundo y que ilumina las
Cuatro Navidades.
¡Feliz y buena Navidad a todos, sean
del grupo de sean!
¡“Campana sobre campana”!.
Víctor Codina