Vuestro: Rv. Sr. D. Félix Élez Talaván - Pbo. S.F.B
23 de marzo de 2020
REFLEXIÓN I
Nuevamente vemos el ocaso del día... Un día que apunta lo
que es la vida, igual al anterior pero acomodándose a la extraña realidad en
que nos encontramos... y es que los días siempre fueron similares entre sí,
antes de este parón sustancial, los días también eran muy parecidos, andábamos
como locos en mil y una cosas (angustiados las más de las veces) y siempre nos
parecía todo igual, rutinario, monótono... Ahora vemos con dolor cómo erramos
el tiro tantas y tantas veces concediendo una tremenda importancia a lo que, a
lo mejor, no tenía tanta... Y cuántas gracias que por desapercibidas dejamos
pasar! Sigue esta cuaresma de íntimidad con el Señor, sigue este diálogo
purificador que nos hace detenernos también en el espíritu para alimentarnos y
recibir la verdadera salud de quién no desea otra cosa para con nosotros, y en
este día, nos invita a dar nuevas gracias porque es ahora cuando logramos ver
eso tan discreto y pequeño y nos hace entrar en comunión íntima con Solo Él...
Hoy también nos invita a seguir dando pasos en nuestra configuración con Él,
nos invita a mayor misericordia, a tirar de perdón como el nos perdona, a amar
como Él nos ama, infinitamente (70 veces 7), sólo así podremos alejar de
nosotros la peste del alma que nos aísla de Dios, de los demás y de nosotros mismos...
En este esfuerzo en que obligatoriamente nos encontramos por sacralizar todos
los rincones de nuestra vida y vivir en santidad (asistidos por el mismo Dios,
no lo olvidemos), encontramos una pista para mejor vivir ahora y siempre, y un
pilar fundamental para fortalecer nuestra fe, esperanza y amor pleno (o
caridad, ya que el amor pleno es aquel que se da afectiva y efectivamente)...
Sigamos trabajando pues nuestra santidad, desde esta íntimidad con el Señor, en
este sufrir perplejo en que nos hallamos... Confiemos y sonriemos... Siempre
hay motivos!