¿Qué puedo comunicar en este tiempo que
llevo en Florida?
Lo primero que esta realidad
de pueblo rural no me es extraña, en zona rural nací, me crié y forma parte de
mis raíces.
En el poco tiempo que llevo voy conociendo a las personas del pueblo y de los pueblos, allí donde tenemos alguna actividad y donde vamos a visitar familias o personas solas de la comarca. A la mayoría se les lleva la comida del catering de la “Asociación de Desarrollo del campo de Salamanca y la comarca de Ledesma” (ADECASAL), desde donde se atiende a unas 50 personas que han solicitado este servicio.
¿Qué nos encontramos? Sobre todo una gran
acogida, agradecen que se les visite y podamos compartir un tiempo en el que
cuentan cómo se encuentran, cómo están viviendo sus limitaciones, lo difícil
que ha sido su vida por la dureza del trabajo en el campo, y ahora que casi
están sin fuerzas y se encuentran solos porque sus hijos tuvieron que emigrar y
la gran mayoría lejos de su tierra; vienen a visitarlos cuando les es posible.
Sienten añoranza por todo su pasado y podemos compartir con ellos unos buenos
ratos. Y al final todos quedamos con el deseo de volvernos a encontrar pronto.
Los pueblos que en un tiempo
tuvieron muchos habitantes hoy, en la mayoría de los que visitamos, se han
reducido mucho, no solo en el número de personas, sino también en servicios, y
esto está siendo ya un problema porque para un simple análisis o cuestiones
menores, hay que desplazarse a la capital y las líneas de autobús que cubren
los pueblos son muy escasas y con horarios que no coinciden con las necesidades
que se tienen.
Existe una gran preocupación
por esta realidad de los pueblos vaciados y por el envejecimiento de personas y
la escasez de servicios, pero también hay mucha gente que trabaja en colectivos
o asociaciones, con una gran sensibilidad para revertir esta situación ya que,
de la tierra venimos, de la tierra comemos y a la tierra volveremos.
En esta realidad estoy encontrando
acciones que agradezco y celebro:
Las celebraciones eucarísticas
dominicales en dos pueblos son un verdadero alimento que nutre y cuestiona.
Reuniones en varios pueblos y con personas que colaboran en los diferentes
proyectos que se llevan a cabo, son unas buenas reflexiones que me ayudan a
conocer y se buscan alternativas a las diferentes realidades.
Compartir
las cenas de Noche Buena y Noche Vieja en el barrio de Buenos Aires en
Salamanca con el grupo de personas que acoge Emiliano, nuestro párroco, ha sido
una realidad que interroga, humaniza y además lo pasamos muy bien. Algunas de
estas personas han salido de la cárcel o están en proceso de rehabilitación y
viven en los locales de la parroquia, también participaron otras personas que
se encuentran solas, sin familia, y se les acoge en la casa parroquial. Una
pregunta que se nos hizo antes de comenzar a cenar, en noche vieja, para que la
contestásemos todos: ¿Qué sueño o sueños habéis tenido este año que acaba y sí
se os han cumplido? ¿Tenéis alguno para el nuevo año que comienza? Cada uno fue
comunicando lo que había vivido y lo que desearía continuar. Me impresionaban
las cosas que iban comunicando cada uno, desde situaciones conflictivas que
están viviendo, con valentía y en un ambiente de confianza y con libertad, no
ocultaban su realidad.
Esto y algunas cosas más están
siendo realidades que me generan VIDA aunque no falten problemas, pero me digo:
¡adelante!
Croti Trapero,
comunidad de Florida de Liébana