Cuando hicimos el Proyecto Comunitario, en las expansiones nos propusimos
hacer una salida para ver algo de la Comunidad Extremeña. Pensamos que era
bueno visitar el real monasterio de Yuste que está en el municipio de Cuacos.
Y este propósito se ha hecho realidad. El 23 de mayo, a las 9:30 de la
mañana, estábamos en la parada para que nos recogiera el microbús, y poder
realizar nuestra salida. Cada una antes había cogido aquello que más
necesitaba, como el bastón para mayor apoyo y seguridad, un tente-en-pie
porque era bueno y saludable… y cuando estaba todo preparado emprendimos el
camino. Como no está muy lejos de Navalmoral, llegamos de los primeros para la
visita al Monasterio.
Como todo se debe preparar y ahora es más fácil a través
del ordenador, sacamos lo más importante que íbamos a ver, tanto del Monasterio como del palacete que mandó construir el Emperador Carlos V para retirarse
allí en el silencio y recogimiento al final de su vida.
La capilla tenía muchos escalones hasta subir al altar Mayor, era para cuando el Emperador no podía bajar para la misa, pudiese desde su habitación ver el altar y el Sagrario.(en el tiempo del Emperador estaba allí la Orden de los Jerónimos, ahora hay unos monjes polacos).
Lo primeros que visitamos fue la cripta donde iban a
enterrar al Emperador, pero no se usó nunca, porque aunque el Emperador murió
allí lo llevaron al Monasterio de El Escorial al panteón de los Reyes.
Hay dos claustros, uno de ellos con una fuente en
medio porque el agua significa vida, con tres grandes cipreses que invitan al
silencio y recogimiento interior .Cuando se pasa al otro claustro está el
modesto palacete de Carlos I que ordenó construir para su retiro y para
albergar a su séquito. En esta estancia pasaba la mayor parte de su tiempo.
Como curiosidad, en su lecho de muerte quiso conocer a su hijo Jeromín, que
luego sería Don Juan de Austria, en esos momentos lo reconoció como hijo suyo,
cuando ya había muerto su esposa Doña Isabel de Portugal.
Carlos V, cuando abdicó, le concedió la Orden del
Toison de Oro a Jeromín y dejó escrito en su testamento que estando él en
Alemania, después que enviudó, tuvo un hijo natural de una mujer soltera al que
se le llama Jeromín. Luego su hermano Felipe II le cambia el nombre de Jeromín
por Don Juan de Austria y desde entonces perteneció a la Familia Real, fue
educado en palacio bajo los cuidados de Don Luis de Quijada.
Cerca del Monasterio está el cementerio de los alemanes
que murieron durante la primera y segunda guerra mundial, unos murieron en
los barcos y otros al derribar aviones. Ahora están todos en ese cementerio;
sobre un campo de hierba muy bien cortada y cuidada, están las cruces sobre
mármol jaspeado, con el nombre de cada uno, año y mes de la muerte con la
graduación que tenían en el ejército. El lugar es muy sobrio pero muy bien
cuidado.
De Yuste nos fuimos al Parque de Monfragüe, a Villa
Real de San Carlos, una pequeña pedanía que pertenece a Serradilla, allí
comimos y cuando terminamos fuimos a ver la Fuente del Francés y el salto del
Gitano, un lugar muy pintoresco, por los riscos que hay y aves rapaces que
hacen sus nidos por allí, como el buitre leonado, el águila real y otras aves y
animales. Como no están en cautividad y era de día, se los veía muy bien.
Una vez que visitamos estos lugares, nos volvimos a
casa. Pasamos un día muy bueno en todos los sentidos de admirar la naturaleza,
estaba nublado pero no llovió y tampoco hacía un sol que no se pudiese
aguantar.
Damos gracias a Dios por las grandes maravillas que
ha hecho y hemos podido admirar y contemplar.
La Comunidad de Navalmoral