La Bendición, viene una vez más a confirmar la Presencia de Jesús entre nosotros, que “bendice” la misión confiada a la Sagrada Familia para continuar viviendo y ofreciendo comunión a nuestra Humanidad, que atraviesa una crisis sin precedente y cuyas dimensiones y duración no llegamos siquiera a vislumbrar.
Como nunca, estamos llamados a poner en cuestión la cultura y el estilo de vida que estamos viviendo y a tomar conciencia de las consecuencias de muerte que tiene para la Humanidad misma y para el Planeta.
¿Cómo entendemos hoy
estas palabras, personalmente y como Familia de P. B. Noailles?
¿Cuál es la llamada
apremiante que escuchamos?
La celebración del Bicentenario, nos da la oportunidad de
reavivar en nosotros la esperanza en el amor de Dios que nos bendice y nos
envía, allí donde vivimos, a compartir esta Bendición con otros en forma de
cuidado, consuelo, solidaridad…
Que la Bendición,
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Nos colme de alegría y gratitud.
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Aliente e ilumine nuestros pasos para caminar
humildemente en su Presencia.
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Reavive la fidelidad a la propia vocación y nos dé
nuevo ardor en la misión.
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Renueve la confianza en Jesús que nos sigue llamando
cada día, a caminar con María y José en este tiempo de incertidumbre.
Con afecto,