Jornada sobre
'retos pastorales: desafíos y reforma', organizada por 'Encrucillada'
José Manuel
Vidal: "Es hora de que las parroquias funcionen como cajas de resonancia
de lo que hace y dice el Papa"
Jornada sobre 'Retos pastorales: desafíos
y reforma'
01.08.2021 Carmen Maestro
El pasado jueves, 29 de julio, tuvo
lugar en el Liceo de Ourense la Jornada
sobre 'retos pastorais: desafíos e reforma', organizada
por la revista gallega 'Encrucillada', y dirigida por su director, el
teólogo Pedro Castelao, que además es profesor de Antropología Teológica en la Universidad
Pontificia Comillas de Madrid.
Con el propósito de profundizar en la figura del papa Francisco y sus reformas, la jornada contó con José Manuel
Vidal y Carme Soto Varela como invitados. Vidal,
ourensano y director del portal de información religiosa Religión Digital,
habló, desde una perspectiva universal, sobre la reforma de Francisco en
relación con los desafíos actuales de la Iglesia.
Por su parte, Carme Soto Varela, viguesa, licenciada en Historia
Contemporánea por la U. de Santiago de Compostela y doctora en Teología,
especializada en Biblia, por la U. P de Comillas y autora de numerosas
publicaciones vinculadas en su mayoría al tema de la mujer, relfexionó sobre
los desafíos que la Iglesia de hoy tiene que enfrentar en relación con el tema
del feminismo.
El obispo de Ourense, José Leonardo Lemos Montanet, invitado a
formar parte de esta Jornada, no pudo asistir a causa de la muerte de su padre,
al que enterraba ese mismo día en Ferrol, y al que desde aquí le hacemos llegar
nuestras condolencias.
De la esfera
al poliedro
“Dios es una esfera infinita cuyo centro
está en todas partes y la circunferencia en ninguna”. Así comenzó la
introducción de esta Jornada Pedro
Castelao, parafraseando a Empédocles de
Agrigento, la primera persona en utilizar esta figura geométrica para definir a
Dios, por su característica de equidistar todos los puntos que la componen.
“Una figura adoptada también en el Concilio de Nicea”, añadió, “que muchos
siglos después utilizó una imagen luminosa para definir la relación entre Dios
padre y Jesús de Nazaret, teniendo como razón última de comprensión la difusión
esférica de todo punto luminoso, la relación eterna del hijo con el padre”.
Es en este marco geométrico donde
podemos empezar a vislumbrar a un Papa que marca la diferencia, puesto que
Francisco, acudiendo a su vez a la geometría, nos propone otra figura: “cuando
habla de poder, lo representa como una pirámide invertida en cuya parte
superior se sitúa el pueblo de Dios y en la inferior la jerarquía; los obispos
y él mismo, siguiendo la lógica de los ministerios entendidos como 'servicio
desinteresado'”. “Y cuando piensa en la sociedad, en la conformación de las
comunidades eclesiales, ahonda en el simbolismo geométrico y coloca la figura
del poliedro por delante de la esfera, que iguala y no revela la diversidad:
«El modelo es el poliedro, que refleja
la confluencia de todas las parcialidades que en él conservan su originalidad.
Tanto la acción pastoral como la acción política procuran recoger en ese
poliedro lo mejor de cada uno” … “Es la conjunción de los pueblos que, en el orden
universal, conservan su propia peculiaridad; es la totalidad de las personas en
una sociedad que busca un bien común que verdaderamente incorpora a todos»” (Evangelii gaudium, núm 236).
Estas palabras de Francisco que destaca
Castelao para explicar la cosmovisión
del pontífice, nos descubren a un papa caminante de
la tierra, de la realidad.
'Encrucillada'
Tras esta introducción, Castelao define
el espíritu que anima su revista, muy en consonancia con la idea geométrica del
Papa: “Encrucillada tiene la vocación de ser
punto de intersección, de avanzar con el único y verdadero centro que tiene el
cristianismo, la persona de Jesús de Nazaret. Punto de
convergencia, cruce de caminos, lugar reencuentro. Huyendo de extremos
simplistas y abiertos a la complejidad de una realidad siempre en
transformación. Es una revista eclesial, de teología, testimonios, pastorales,
espiritualidad. De compromiso con la Iglesia universal y con los desafíos
concretos de las Iglesias particulares de Galicia. No abanderamos ninguna
ideología política, tan solo queremos y luchamos por un mundo mejor. Nuestro
único centro está en Dios, pero tenemos los pies puestos en nuestra tierra”.
Dicho esto, da paso a José Manuel Vidal, quien habla de la figura del papa Francisco
desde su perspectiva de periodista que sigue su labor día a día y de “alguien
que le admira profundamente y que le quiere”: “Es un regalo de Dios para el
mundo y para la Iglesia”, asegura. Comparando al Papa con un gran delantero,
afirma que la revista que dirige está 'a sus pies' para dar relevancia a esas
“jugadas tan bonitas” que hace, tanto de palabra como, sobre todo, de gestos:
“Ocho años siguiéndole de cerca, escribiendo sobre él, soñando con él”.
“Un Papa incansable y transparente que
está llevando a cabo una primavera de la Iglesia”. Una primavera realizable porque se hace sobre un terreno abonado durante
35 años: “Lo que está haciendo Francisco, desde mi punto vista, es descongelar
el Concilio Vaticano II. Sacándolo del congelador porque lo metieron ahí, en la
época anterior, los dos papas que le precedieron, por miedo. Por esa falsa
prudencia tan eclesiástica”.
Reivindica a los teólogos y teólogas,
laicos y laicas, monjas, curas y 'algún obispo' que sufrieron por mantenerse
firmes en la línea del Concilio Vaticano II, durante los años oscuros: “Esta espera fue abonada por gente que se dejó la vida por mantenerse
fiel al espíritu del Concilio; todos conocemos ejemplos de las parteras de esta
nueva primavera de la Iglesia: el obispo Casaldáliga, muerto recientemente; la
revista Encrucillada, durante cuatro décadas defendiendo una Iglesia encarnada,
samaritana. Y Andrés Torres Queiruga, que sufrió en sus carnes, y no hace mucho
tiempo, por defender la Iglesia del Concilio. “Hubo mucho sufrimiento durante
estos años entre los teólogos, algunos han sido rehabilitados públicamente por
el propio Papa, como J María Castillo. Jon Sobrino, Gutierrez, Leonardo Boff...
Otros quedan sin rehabilitar”.
“Con Francisco, estamos asistiendo un
nuevo pentecostés”, afirma. “Había tierra abonada, pero él puso el arado en
funcionamiento. Sin programa establecido, pero con las
ideas claras. En todo caso, si lo tiene, es un
programa hecho en conjunto con el pueblo santo de Dios, poco a poco. Y lo está
haciendo con el método de los sínodos. Un método de pequeños concilios
temáticos, instrumentos permanentes de participación en el gobierno de la
Iglesia, implicando a millones de personas”. “Por lo menos es lo que él quiere,
otra cosa es que le ayudemos a hacerlo en cada país, en cada diócesis”, apunta.
“El Papa tiene una idea clara de lo que
quiere: una Iglesia que sea la casa del Padre. Que deje de ser aduana”.
Señala que el cambio de orientación y de
tendencia está siendo brutal, aunque casi no nos demos cuenta. “Estamos acostumbrándonos a la normalidad de un papa normal, por primera
vez en la historia. Un papa que deja de ser rey para convertirse en una persona
normal. Que pasea, que viaja con un coche sencillo, que vive en una casa y no
en un palacio. Que ríe, que se acerca a las personas, que llena con su
presencia. Y que cuando habla, le entendemos todos. Esto hace unos años era
inconcebible”. “Lo que él quiere es primero el evangelio y después la
doctrina”.
“Estamos perdiendo los ritos de paso
porque nos guiamos demasiado por la doctrina y poco por el evangelio. Para
conseguir ese cambio de rumbo, de una Iglesia-casa, el Papa propone abrir una
serie de puertas para que entre el aire fresco y ventile, que falta hace”.
"Francisco
no tiene programa, pero sí tiene una especie de hoja de ruta"
“El Papa habla de cuatro o cinco
principios muy importantes que dice que son los que nuclean su forma de ser y
de pensar. Uno de esos principios es que el tiempo es superior al espacio. La
revolución tiene que ser de abajo a arriba. Por eso, no será de la noche a la
mañana; es un proceso que ha de madurar en el tiempo”. “Esto es una revolución
y tiene que ver con esta dinámica: que ya no caben
'remiendos'. Si queremos una renovación tenemos que
tener la valentía de estar dispuestos a todo”.
“Esto se está plasmando en tres ámbitos
principales: Reforma 'hacia adentro' (la más costosa y donde más resistencia encuentra). Pide que hagamos
cosas concretas; a los obispos, menos grandes palabras y más caminar en medio
de la gente... Pero cambiar cuesta. El clericalismo es el gran mal de nuestra
Iglesia”.
Reforma 'hacia afuera', mediante la cultura del encuentro, y la 'transformación interior', de
conversión personal, a una espiritualidad distinta: misionera, empática,
samaritana, compasiva. Que no cuestiona. Que no condena. Que camina con la
gente”. Y la teología de la mujer, “que queda también por delante”.
“Es hora de
que nuestras parroquias funcionen como cajas de resonancia de lo que hace y
dice el Papa”
“Es hora de
que nuestras parroquias funcionen como cajas de resonancia del evangelio, pero
también de lo que hace y dice el Papa. Hay muchas
en las que no se le nombra para nada. Se oculta todo lo que hace y dice. Y
resulta que tenemos un ejemplo para enorgullecernos de él y para mostrarle al
mundo. Tengo al Papa Francisco en la más alta estima; es la autoridad moral más
importante de este planeta, con mucha diferencia a todos los niveles. Todo el
mundo lo reconoce, menos en nuestras parroquias. En ellas no se nos invita a
hacer lo que él hace. Y lo tenemos muy fácil”, asegura, y concluye:
“La tentación de acomodación será
incapaz de impedir que siga soplando el viento del Espíritu para que podamos
seguir conjugando la vida en gerundio: esperando, perdonando, llorando, riendo,
compartiendo y amando, sabedores de que nadie puede parar
la primavera en primavera”.
Carme:
"El feminismo tiene algo que decir en la Iglesia, y también
Francisco"
“Me toca hablar de un tema que parece
anexo a los temas importantes. Es el tema de qué hacemos las mujeres creyentes
en esta primavera, en este mundo de reformas de Francisco. O cuál es la
presencia de la mujeres dentro de la Iglesia y qué tiene que ver con las
mujeres creyentes todo ese gran movimiento que es el feminismo”. Así comienza
su ponencia Carme Soto, quien desde su perspectiva de mujer, teóloga y creyente, plantea las
preguntas fundamentales respecto al lugar de las mujeres dentro de la Iglesia,
aún sin las respuestas que serían “la llave para crear, entre todos, una
Iglesia sinodal”.
“Pienso que en esta reforma que
Francisco quiere emprender, las mujeres tenemos una palabra. Por un lado,
reivindicativa: dónde estamos las mujeres cristianas en la Iglesia. Dónde están
las mujeres cristianas en la Teología. Dónde están -lo más importante-, las
mujeres en las tomas de decisiones dentro de la Iglesia.
Es verdad que está habiendo cambios
significativos pero son cambios que llevamos pidiendo desde antes del Concilio
Vaticano II, donde 23 mujeres actuaron como auditoras e influyeron muchísimo en
la redacción de Gaudium et spes, y hoy no las recordamos”.
“Francisco, en muchas de sus
intervenciones y en documentos oficiales condena la violencia contra las
mujeres, la desigualdad..., pero también cae en el tópico de resaltar de lo
femenino su peculiaridad, la ternura, que no es que sea negativo, pero podemos
decir que las mujeres somos algo más”:
"Las mujeres tenemos una mirada
concreta de mirar a Dios y de hablar de él, de leer la sagrada escritura”.
Jornada
Encrucillada. Carme Soto
“El malestar
que tenemos las mujeres en la Iglesia: Mi pregunta”
“Hoy sabemos que hay auditoras para los
sínodos, en secretarías y en subscretarías... pequeña puertas que se van
abriendo a las mujeres en la estructura eclesial, pero, sin duda, son puertas
pequeñas”, continúa la teóloga.
“Mi pregunta es, en gran medida, por qué
es tan difícil, dentro de la Iglesia, comprender que las mujeres somos, por lo
menos, la mitad del pueblo de Dios”.
“¿Por qué es tan difícil entender el
tema de la igualdad? También hay que preguntarnos a nosotras cómo entendemos a
Dios, cómo es nuestra espiritualidad”.
“Por qué no hablar de quiénes son las
mujeres que nos ha precedido y que son testimonio, también, del origen, y no
solamente los apóstoles varones...”
“Las mujeres tenemos un lugar, pero
queremos un lugar diferente. No es cuestión de darle la vuelta a la tortilla,
sino que juntos, hombres y mujeres podamos hacer una Iglesia distinta”.
Una petición
al Papa
“Me gustaría hacer una petición a
Francisco: necesitamos que se nos pregunte más, que
se nos pregunte quiénes queremos ser dentro de la Iglesia”.
“La dignidad de hecho y de derecho
dentro de la comunidad eclesial, en ministerios, en la palabra, en la
reflexión, en la actuación, en el escuchar, es necesaria. Si esto fuera así,
tendríamos la llave que puede ayudarnos a hombres y mujeres a construir esa
Iglesia en sinodalidad para todos”.
Termina su ponencia en la esperanza de
que “este montón de preguntas pueda calar y podamos llegar, juntos, a darle
respuesta”. Así sea.
Revuelta de
mujeres en la Iglesia
Oposición a
Francisco dentro de la Iglesia. Cómo lo vive
Llega el turno de preguntas y el
teólogo Andrés Torres Queiruga, presidente de la Asociación Encrucillada, uno plantea a Vidal cómo cree
que vive el Papa la fuerte oposición que está encontrando dentro de la Iglesia.
“Le duele profundamente”, contesta el
periodista. “Ocurren cosas que no se vieron nunca en un cardenal: la saña de
los ataques; una especie de odio ideológico. Como que sienten que les están
tirando el tinglado y arremeten con todo porque se les viene la vida abajo, en
todos los sentidos”.
“El papa lo vive con serenidad. Está muy
acostumbrado a estas cosas. Él sabía perfectamente, desde que llegó, que si
quería cambiar algo, tendría que someterse a un pim pam pum constante, brutal.
La visceralidad con que le están atacando es nueva y le duele, sobre todo en la
cuestión de ideología. De que no seamos capaces de llegar a un acuerdo, pero
tiene una capacidad inmensa de asumir el disenso”.