15 de mayo de 2011

Domingo 4º Pascua, A

Por
15-5-2011
Monasterio Sagrada Familia (Oteiza de Berrioplano)
Texto-homilía del Capellán, Ramón Sánchez-Lumbier
XLVIII(48ª) Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones:

“Proponer las vocaciones en la Iglesia local”
“Tu diócesis, fuente de vocaciones”

También la imagen del Buen Pastor le sirvió a Jesús para hacernos comprender su persona y misión. “El Señor es mi pastor, nada me falta.” (cf. salmo resp.). En Jesús de Nazaret el salmo alcanzó pleno sentido. Vino como Buen Pastor para llevarnos a la casa del Padre. Él vive con nosotros, nos conoce y llama, nos cuida con amor. Dios-Padre quiere que, creyendo en Jesús su Hijo, tengamos vida eterna. Vencedor del pecado y de la muerte, Jesús Resucitado no puede perder lo que le fue confiado.

La vida es regalo de Dios y tarea cotidiana. ¿Lo crees? ¿Te vas abrazando de verdad con esa convicción? Se ha dicho que el primer gesto de obediencia a Dios es vivir amando la vida, acogerla agradecidos, cuidarla con solicitud y desplegar sus posibilidades. Pero ni siquiera muchos cristianos miran a Dios como a “quien hace vivir”. Otros lo reconocen, sí, como Aquél que sostiene y fortalece incluso en los momentos más duros.

Jesús nos enseña a convivir confiando en el Padre y preocupados por el bien de los demás. Andábamos descarriados; hemos vuelto al Pastor y Guardián de nuestras vidas (cf. 2ª lect.). De nuevo lo hacemos hoy. Injertados en Jesucristo para la vida y para la muerte, podremos estarlo también en el cielo por una resurrección como la suya. Es el mensaje que siguen proponiendo los pastores que el Señor ha puesto en su Iglesia, para que guíen y alienten a todos con la luz y el consuelo de las Escrituras. En Roma, en Madrid y en Pamplona, y por los caminos del mundo.

Todos son “iconos” personales del Buen Pastor. Otros lo serán mañana. ¿A quién llamará para tal misión el Dios de la Vida? “Proponer las vocaciones en la Iglesia local” es el título del Mensaje del Papa para la presente Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Y el lema consiguiente reza así: “Tu diócesis, fuente de vocaciones”. Por lo que afecta a cada uno, ofrezcamos nuestra disponibilidad, en personal libertad y confiada oración.

Pedro, ya el día de Pentecostés, exhortaba a la conversión y a la fe (cf. 1ª lect.). Después animaba el proceso de configuración de todo cristiano con Jesucristo. Este proceso dura toda la vida. Por eso, se puede dar en toda ocasión, incluso asumiendo graves padecimientos. La lección del primer Papa es clara: “si obrando el bien soportáis el sufrimiento, hacéis una cosa hermosa ante Dios, pues para esto habéis sido llamados, ya que también Cristo padeció su pasión por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas. Sus heridas os han curado” (cf. 2ª lect.).
Como el propio Jesús, cada uno estamos llamados a vencer el mal con el bien. Siempre con Él, por Él y en Él. Porque sólo Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Sólo Él, la Puerta, el Mediador eficaz, el Buen Pastor. Nadie va al Padre sino por Él. Esta Gran Noticia nos lleva a compartir el gozo de creer, esperar y amar. Celebramos ahora el Amor vencedor, con súplica al Señor. “Ha venido para que tengan vida y la tengan abundante” (cf. ev.). Regale, pues, a su Iglesia y al mundo testigos audaces del Evangelio: laicos jóvenes, novios y esposos, padres y madres, religiosas y religiosos, sacerdotes, obispos…

Sí, hace falta, en todos los campos de la vida, gente enamorada de Jesucristo, capaz de darlo todo por Él y por el Reino de Dios. Por gracia, estamos embarcados en la tarea de la comunidad eclesial. Se trata de irradiar la vida y el gozo del Resucitado, la inmensa ternura del Amor de Dios. Se nos llama a ser personas según Jesucristo, con una vida santa, enriquecida por los bienes recibidos. Para renovar la propia vocación, parar motivar nuestra súplica por las vocaciones, transfiero unos párrafos de la Carta pastoral de nuestro Arzobispo Francisco:

El papa Benedicto XVI se dirige en esta ocasión con un mensaje titulado “Proponer las vocaciones en la Iglesia local”. De ahí que el lema de la Jornada sea este año “Tu diócesis, fuente de vocaciones”. Con gozo os transmito sus palabras: “El Señor no deja de llamar, en todas las edades de la vida, para compartir su misión y servir a la Iglesia en el ministerio ordenado y en la vida consagrada, y la Iglesia «está llamada a custodiar este don, a estimarlo y amarlo. Ella es responsable del nacimiento y de la maduración de las vocaciones sacerdotales»”

Nuestra diócesis de Pamplona-Tudela vivirá intensamente estas fechas con una “Cadena de oración por las vocaciones” del 14 al 24 de Mayo. Todas las parroquias y comunidades están invitadas a intensificar su oración por las vocaciones en cada familia, en cada templo y en cada santuario. Pero el gesto elegido en esta ocasión es una cadena de oración sin interrupción día y noche, en la capilla de la Adoración Perpetua de la Basílica Menor de S. Ignacio de Pamplona. Sin duda será una gracia que tantos fieles de nuestra diócesis puedan familiarizarse con este lugar de adoración permanente rezando por las vocaciones…

Animo a unirnos en esta oración por las vocaciones con tanta más esperanza cuanto mayores son las dificultades, tal como sugiere el Papa Benedicto XVI en su mensaje: “Especialmente en nuestro tiempo en el que la voz del Señor parece ahogada por «otras voces» y la propuesta de seguirlo, entregando la propia vida, puede parecer demasiado difícil, toda comunidad cristiana, todo fiel, debería asumir conscientemente el compromiso de promover las vocaciones. Es importante alentar y sostener a los que muestran claros indicios de la llamada a la vida sacerdotal y a la consagración religiosa, para que sientan el calor de toda la comunidad al decir «sí» a Dios y a la Iglesia”…

Hago una llamada especial a los jóvenes que se sientan llamados por Jesucristo: ¡Sed generosos y no temáis pertenecer totalmente a Él que es la fuente de la felicidad y de la libertad! Os aseguro que haréis la mejor inversión y nunca os arrepentiréis. ¡Ánimo jóvenes, Cristo os convoca a ser discípulos de su Amor!” (Mons. Pérez González).

Hermana, amigo: sí, hoy se apela también a tu disponibilidad ante el Dios de la Vida, a tu fiel respuesta para con el Dios del Amor. En ello te va la gracia y el reto de una vida santa, vida dichosa como de seguidores de Jesucristo, siempre al servicio de los otros, con la luz y la fuerza del Espíritu Santo. Celebrémoslo renovando nuestra fe en

Jesucristo, Buen Pastor, el Resucitado, Puerta viva por la que podemos entrar y vivir felizmente para siempre.

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